La comida típica navideña se llama así por que solo se come en esta época tan señalada, sin embargo en los comercios ya está expuesta y lista para que te la lleves a casa. Poca gente la guarda bajo llave hasta que llegue la navidad, se empiezan a comer polvorones, se abren las garrapiñadas, se prueban los almendrucos y cuando te quieres dar cuenta llevamos dos meses comiéndolos.
Cuando llega enero lo más seguro es que empecemos a hacer limpieza de comida que ya está abierta, el turrón duro no estará ya tan crujiente y el blando ya estará pegado a la bandeja. Vamos a intentar ahorrar comprando con antelación para ahorrar tiempo, pero haciéndolo con cabeza para que no nos sobre y haya que tirarlo.
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No importa que vayas comiendo para matar al gusanillo, pero si te compras para estos días los envases más pequeños evitarás que los grandes estén abiertos hasta que finalicen las navidades. Otra opción es comprar al revés, envases grandes para ahorrar, pero que todo lo que haya en su interior esté envasado individualmente.
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Si trabajas en una empresa donde es habitual que te den cesta navideña, cuenta con los productos de la misma para evitar tener tantas cosas repetidas.
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A la hora de preparar las bandejas con turrones corta según se vaya gastando, a veces hacemos más de la cuenta y en los días siguientes ya no sabe igual.
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Las marcas blancas tienen actualmente casi todos los artículos navideños con la diferencia que son mucho más económicos que las grandes marcas. No te de reparo el comprarlos tienen la misma calidad y saben prácticamente igual.
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Si somos cuatro a la mesa la cena principal tiene que ser equitativa, comprar un pavo de cuatro kilos no te ayudará a ahorrar.
Pero cada casa en un mundo, ¿que se te ocurre a tí?